domingo, 21 de febrero de 2010

Poeta en Nueva York, Blanca Li, Teatros del Canal

Los poemas de Poeta en Nueva York son oscuros y difíciles, y Blanca Li los ha convertido en un musical. Para los puristas puede ser una frivolidad tratar así a Lorca, pero yo lo veo como un homenaje a Nueva York, lugar de nacimiento del género.
Una pregunta para los eruditos: ¿qué os parece El Hombre de la Mancha, musical de Broadway y luego película o West Side Story, ganadora de 10 Oscar?
Lorca y Li tienen un trocito de biografía en común: ambos son granadinos, y los dos van a Nueva York huyendo y buscando. Aunque Li se sienta identificada con Lorca, no debe olvidarse que esto fue un encargo, lo que siempre restringe, y esta obra no ha sido tan imaginativa y desbordante como otras (ver entradas de noviembre 2007 Corazón Loco).
Música en vivo de un conjunto excelente y de Carmen Linares y
Rob Li cantando, respectivamente, flamenco y jazz. Un grupo de veinte bailarines de diferentes disciplinas y —siempre presente— el bailaor Andrés Marín como Lorca e hilo conductor. El número de las maletas, que gustó mucho, y el número de las escaleras, que no gustó, representaban el bullicio de Manhattan: break-dance para Harlem (gran número), jazz y claqué para los clubs. La Li ( la musa, la inspiración) bailaba flamenco con mucho arte. Quizás todo un poco obvio, pero era todo tan visual... Gocé con el movimiento, la música, los colores, las sensaciones. La pieza de la sangre (la violencia de la sociedad americana) era muy fuerte, pero de gran belleza plástica. El tema de la homosexualidad de Lorca fue el número mas sensual y bello que he visto en mucho tiempo (ver enlace al vídeo más abajo): una gran cortina de agua caía y caía (politicamente incorrecto gastar agua así) y los bailarines se retorcían debajo. Todas las hembras salimos diciendo: ¡¡Yo me quedo con el negro!! (¡glups, eso sí que es políticamente incorrecto!).
Resumiendo, el espectáculo se dejó ver con mucho placer.
Federico Garcia Lorca´s Poems from New York are dark and difficult and Blanca Li has interpreted them as a musical. Lorca pundits will probably find it frivolous to turn such work into a mere musical but a question to them: were you shocked by Man of la Mancha, first a Broadway musical and then movie or West Side Story, winner of ten Oscars? For me, what better way to pay hommage to New York, the birthplace of musicals. Even though Lorca and Li share a biography, both are from Granada and both "fled" to New York, this work was a commission which is always restrictive and it didnt have the usual imagination and romping that her other work has (see Blog Entry-November 2007: Corazon Loco).
An excellent group of musicians performed live with Carmen Linares singing flamenco and Rob Li,
jazz.There were twenty dancers of various dance styles with bailaor, Andres Marin as Lorca, always on stage as the nexus between the dance routines. The "suitcase" number (liked it), and the "step-ladder" number (didn´t like it), represented busy Manhattan. Some great break-dancing portrayed Harlem and the poverty of New York. Jazz and tap, of course, were used for the night-club scenes and Blanca Li as poet´s Muse, Inspiration, danced flamenco. All a bit obvious but it was such a riot of colour and lighting effects and movement and music that it was a pleasure to watch. The "blood" number could have shocked but it was visually beautiful, with great plasticity. The piece dealing with Lorca´s homosexuality was one of the most sensual and beautiful that I have seen in a long time (see link): A curtain of water fell and fell (not very P.C. these days; there were litres of it) and the dancers, only the males, moved under it. All the females in the audience left saying: "I´ll have the black one" (ooops,how P.I.).
Summarising, I just sat back and enjoyed the show!