Cuando vi el programa de Madrid en Danza con ilusión y con ganas de ver un poco de danza —que este año ha habido bien poco—, hice mi lista y, por cuestiones de tiempo (y presupuesto) fui a ver 2 de las 4 que me apetecían.
No voy a quitar valor a los —cada vez mas jóvenes— bailarines de las dos compañías: maravillosos, entregados, muy ensayados. Había algunas secuencias preciosas pero en conjunto... ¡que cansino fue! Los mismos movimientos, los mismos gestos, la misma "no música": susurros, jadeos, platos rompiéndose, discos rayados, violines chirriantes...¡¡ me abuuuuuuurro!! Enlazar palabras no es hacer poesía.Tanta angustia y agresividad, y aunque no me apetecía descifrar las coreografías percibí momentos en que se rozaba el mal trato, tan políticamente incorrecto hoy en dia.
Como hay que elegir, renuncié a Peeping Tom (danza-teatro, prefiero danza-danza) y también a Sharon Fridman (bailarin israeli afincado en Madrid; lo que he visto de el me ha gustado mucho). ¡¡Creo que elegí mal!!
As usual, when I see the programme for the Madrid en Danza Festival, I happily make a list of the companies I want to see. This year because of time (and budget) I saw 2 of the 4 that were on my list.
I´m not going to criticise the (every year they seem to get younger) dancers - beautiful, polished, dedicated. There were some wonderful sequences, but oh, it was all so tedious!! The same movements, the same gestures, the same "no-music": why all this whispering and panting, the sounds of crunching glass, scratched records, screeching violins - borrrrrrrring! Stringing words together doesn't necessarily make poetry! Even though I didn't feel like deciphering the story-line there was so much angst and sometimes it was so aggressive it almost bordered on abuse which is not politically correct these days.
I didn't go see Peeping Tom, a physical theatre company, nor Sharon Fridman, an Israeli born, Madrid-based choreographer whose work I think is wonderful. I sure made the wrong choices!
No voy a quitar valor a los —cada vez mas jóvenes— bailarines de las dos compañías: maravillosos, entregados, muy ensayados. Había algunas secuencias preciosas pero en conjunto... ¡que cansino fue! Los mismos movimientos, los mismos gestos, la misma "no música": susurros, jadeos, platos rompiéndose, discos rayados, violines chirriantes...¡¡ me abuuuuuuurro!! Enlazar palabras no es hacer poesía.Tanta angustia y agresividad, y aunque no me apetecía descifrar las coreografías percibí momentos en que se rozaba el mal trato, tan políticamente incorrecto hoy en dia.
Como hay que elegir, renuncié a Peeping Tom (danza-teatro, prefiero danza-danza) y también a Sharon Fridman (bailarin israeli afincado en Madrid; lo que he visto de el me ha gustado mucho). ¡¡Creo que elegí mal!!
As usual, when I see the programme for the Madrid en Danza Festival, I happily make a list of the companies I want to see. This year because of time (and budget) I saw 2 of the 4 that were on my list.
I´m not going to criticise the (every year they seem to get younger) dancers - beautiful, polished, dedicated. There were some wonderful sequences, but oh, it was all so tedious!! The same movements, the same gestures, the same "no-music": why all this whispering and panting, the sounds of crunching glass, scratched records, screeching violins - borrrrrrrring! Stringing words together doesn't necessarily make poetry! Even though I didn't feel like deciphering the story-line there was so much angst and sometimes it was so aggressive it almost bordered on abuse which is not politically correct these days.
I didn't go see Peeping Tom, a physical theatre company, nor Sharon Fridman, an Israeli born, Madrid-based choreographer whose work I think is wonderful. I sure made the wrong choices!
4 comentarios:
¡Me alegro mucho de que volváis a escribir en el blog! Últimamente os prodigábais poco, y me gusta leeros. Un abrazo.
Como siempre, Diana, lo has apuntado muy bien. Los del proscenio (bailarines, actores, musicos)y los que producen las obras (coreografos, autores de teatro, compositores) siempre debemos darnos cuenta del publico en las butacas. Que dejen las repeticiones para la sala de ensayo. Queremos que se digan 'ay, que pena, ya se acabo.'
Pues si fue una pena, porque el tabajo y elesfuerzo de los bailarines se merece que el publico salga satisfecho, por lo menos, pero......... no aburrido.
Di
Publicar un comentario